El exceso de estrés paraliza el rostro de una mujer. Una lección que todas las mamás debemos aprender

Vivimos en un mundo con altas demandas laborales y familiares y con un ritmo de vida acelerado, lo que supone un desafío constante. Este estilo de vida «frenético» favorece la aparición de estrés.

¿Es el estrés perjudicial? Aunque la contestación pudiera parecer obvia, no es tan simple. De hecho, la respuesta más correcta sería «depende».

Ser madre, esposa, trabajadora y mujer no es fácil. Siempre hay problemas pendientes que resolver, tenemos que encontrar tiempo para jugar, pasar tiempo con el esposo y, hacer algo que nos guste.

Partamos de que el estrés es un componente normal de nuestra vida. La respuesta de estrés ha sido seleccionada evolutivamente para hacer frente a amenazas ambientales que ponen en peligro nuestra supervivencia.

Para nuestros antepasados, el estrés suponía una clara ventaja, dado que era necesario para conseguir alimentos, reproducirse, encontrar un sitio para cobijarse…

Pero las cosas han cambiado. En nuestra sociedad la mayoría de esas necesidades están cubiertas, y ahora las fuentes de estrés son sobre todo de tipo social.

Con todo esto, es casi imposible vivir de manera relajada;

Por el contrario, vivimos un estrés constante que solo sentimos con piquetes en la espalda, saltos en los ojos o temblor en los labios, y nos sentimos tan normales que no le damos la importancia que realmente requiere hasta que conocemos un caso que representa una lección completa

Cuenta que se despertó una mañana en agosto de 2019 con el lado derecho de la cara quieto.

Estaba asustada y fue al médico .

El diagnóstico fue que el estrés fue responsable de la inflamación del nervio facial, que causó parálisis facial.

Los médicos esperaban que la parálisis disminuyera con el tiempo, pero no dijeron cuánto.

Ella decidió seguir el camino natural con plantas anti-inflamatorias para reducir la inflamación.

En una entrevista revela que nunca se sintió muy estresada. “Pasaron muchas cosas, pero pensé que era normal.

Mirando hacia atrás, de lo que no me di cuenta fue que lo que estaba haciendo o intentando hacer estaba basado en mi opinión, tenía que trabajar duro.

Luego de tratar con (acupuntura, oxigeno-terapia y muchos otros), se dio cuenta de que necesitaba terapia para restaurar la movilidad de la cara de forma natural.

Además, cambió su perspectiva de la vida, decidió tomarse más tiempo para sí misma y comenzó el día con sesiones de meditación antes de ir a trabajar

Desde mi experiencia de parálisis, he aprendido a escuchar la voz amorosa en mi cabeza que a menudo susurra y nunca grita

Así que madres, les aconsejo por favor, paremos unos minutos para poder respirar, para darnos un tiempo de relajación.

Jamás se terminará los quehaceres de la casa la ropa sucia, siempre habrá algo que limpiar y el trabajo seguirá ahí