Una vez me senté en una clase en la que las adolescentes decían que tenían que aprender a cocinar, lavar la ropa y limpiar si querían ser buenas madres algún día.
Me detuve y les dije que cocinar, lavar la ropa y limpiar son parte de ser un ADULTO. Esas no son las cosas que componen la maternidad.
Pero entiendo de dónde sacaron esa conclusión.
Siempre escuchas a las mujeres decir que no son buenas madres cuando no preparan almuerzos caseros, preparan pastelitos para la venta de pasteles, se presentan al médico con niños que se han cepillado el cabello o guardan la ropa en un tiempo decente.
“Soy una mala madre. Envié tarjetas de San Valentín compradas en la tienda a la escuela con mi hijo”.
“Mamá falla. No lavé la ropa.”
“Soy un fracaso como madre. No hago pan casero/galletas/lo que sea.”
NO.
Tu “éxito” como madre no se define por los deberes domésticos. Los deberes domésticos son parte de ser un adulto.
Si bien sus hijos necesitan ser cambiados y alimentados, ese no es el resumen de la MATERNIDAD. Cualquiera puede cambiar y alimentar a los niños, incluidos los papás. Puedes contratar a alguien para que limpie tu casa y alimente a tus hijos, y seguirás siendo madre.
Y si no fueras mamá, aún tendrías que limpiar tu casa, cocinar y lavar la ropa.
No eres una mala madre porque no lavaste la ropa a tiempo. Dejemos de compaginar las tareas domésticas con la maternidad, porque no son lo mismo. Sí, las mamás hacen cosas domésticas. Y crían hijos. Estas son dos cosas separadas.
Tu limpieza no es tu maternidad, y estás regalando poder cuando combinas los dos y juzgas uno contra el otro.
Eres una buena madre porque amas a tu hijo y tratas de ayudarlo a aprender las cosas que necesita aprender. Te preocupas por tus hijos, pasas tiempo con ellos, planificas su futuro y mucho más.
Puede que seas terrible en las tareas domésticas (no lo sé) o que seas la mejor ama de llaves del mundo. Pero ningún extremo del espectro, ni nada en el medio, determina si eres una buena madre o no.
