Cuando tu bebé está dentro de tu pancita al hablarle ayudas a favorecer su desarrollo neuronal y emocional; contribuyendo de forma definitiva a estrechar los vínculos entre madre e hijo.
El hablar con el bebé desde el vientre de su madre es una experiencia única y enriquecedora. Es hermoso ver como cada padre o madre tiene su propia forma y estilo de comunicarse con su bebé. Algunos prefieren contarles un cuento, otros ponerle una música suave para estimular su audición y sensibilidad, lo importante es tener esa comunicación entre los futuros papás desde que tu bebé está en el vientre.
El bebé escucha y, con el tiempo, va identificar las voces y otros sonidos. De acuerdo con los especialistas, el estar hablando con el bebé puede hacer que el embarazo transcurra con mayor calma, aparte de reforzar el vínculo entre los padres y el hijo.
Puedes cantarle, acariciar la barriga… eso hará al bebé más cercano, preparándonos también para dar ese gran paso de ser padres.
3 beneficios al hablarle a tu bebé cuando está en tu vientre
Estimula el desarrollo del lenguaje. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Stanford revelo que los bebés cuyos padres les hablaban desde que estaban en el vientre materno mostraban un mayor desarrollo del lenguaje y aprendían sus primeras palabras mucho antes que aquellos bebés a los que apenas les hablaron mientras estaban en la barriga de sus madres.
Muchos expertos consideran que esto se debe a que la voz de los padres activa los pares craneales del cerebro del bebé involucrados en el desarrollo del lenguaje, específicamente del lenguaje semántico y conceptual, aunque también estimula el lenguaje emocional, que normalmente tarda un poco más en desarrollarse.
Desarrolla la neuroplasticidad. En diversos estudios revelaron que cuando los padres le hablan a su bebé mientras aún están en el vientre materno, logran activar determinadas partes de su cerebro estimulando el desarrollo neuronal.
Efecto tranquilizador. Después de que el bebé aprende a reconocer la voz de sus padres, algo que ocurre alrededor de la semana 20 del embarazo, el simple hecho de escucharlos hablar ejerce un efecto tranquilizante.
Así lo demostró un estudio realizado en la Universidad Johns Hopkins, en el que se encontró que los bebés cuyos padres les hablaban o leían historias desde que estaban en el vientre materno tenían un ritmo cardíaco mucho más equilibrado y se estresaban menos.